12 mayo 2014

Playa Coco y parque de Santa Rosa.

Playa Ocotal

Nuestro próximo destino nos iba a llevar hasta la costa, más concretamente hasta la costa del Pacífico.
A primeras horas de la tarde llegábamos a la pequeña población de El Coco (Playas del Coco), un antiguo enclave de pescadores que en la actualidad está más enfocado al turismo.
Desde allí pretendemos visitar las numerosas playas colindantes y visitar el cercano Parque de Santa Rosa.
Como siempre sucede, nuestras primeras tareas a resolver son llenar nuestros vacíos estómagos y en segundo lugar, buscar un sitio para dormir.

Satisfecha la primera necesidad, nos acercamos hasta la playa donde había unas cabinas ubicadas en un lugar privilegiado a orillas del mar.
A pesar de que las instalaciones están un tanto abandonadas, nos dejamos convencer por la fantástica ubicación del local y pagaremos 14000 colones por dos habitaciones con vistas al mar. Se trata de cabinas Playa Coco.
Una vez resuelto el tema alojamiento, pasamos lo que queda de día recorriendo pausadamente el pueblo, tomando unas cervezas y charlando con los locales hasta que nos acercamos a una sodita para cenar algo antes de ir a dormir.
 

Al día siguiente nos levantamos cansados. No dormimos demasiado bien debido al calor y al ruido que producía la música de una discoteca que había bajo nuestras habitaciones y que por supuesto, no habíamos visto el día anterior.
De todas formas teníamos decidido que hoy visitaríamos el parque de Sta. Rosa situado a unos 70 kms de Playa Coco.


Este parque fue creado en 1971 y forma parte del Area de Conservación Guanacaste.
Uno de sus principales atractivos es el de ser el único parque mundial que cuenta con 10 hábitats distintos lo que permite disfrutar de una gran variedad de paisajes y fauna diferentes.

Nuestra visita tuvo lugar en la época lluviosa lo que confiere al parque una vegetación exuberante y llena de vida. Por el contrario, los caminos se convierten en barrizales que sólo pueden ser recorridos a pie.
Nosotros sólo conseguimos llegar en coche hasta el restaurante del cámping a unos 7 kms de la entrada. A partir de ahí recorrimos los 12kms que nos separaban de Playa Naranja, a pie.

Playa Naranjo

Durante el trayecto vemos abundante fauna y disfrutamos con la soledad de sus caminos sólo interrumpida por los potentes gritos de los monos aulladores que incluso llegan a arrojarnos ramas y frutas tratando de echarnos de su territorio.
Un río bastante crecido está a punto de obligarnos a dar la vuelta pero finalmente, con mucho cuidado, decidimos cruzarlo.
Merece la pena la caminata y la preciosa Playa Naranjo rodeada de manglares, nos recompensa con unas vistas y una paz envidiables. 
Esta playa, famosa por ser una de las mejores para la práctica del surf, tiene como vecina a Playa Nancite, una playa de blanca arena donde se concentran decenas de miles de tortugas loras para desovar.

Playa Naranjo

Nosotros nos limitamos a visitar la llamada laguna de los cocodrilos donde sólo pudimos ver sus huellas antes de darnos la vuelta para comenzar el largo camino de vuelta.
Una preciosa caminata que nos agotó físicamente pero que mereció sobradamente la pena. Un verdadero placer!!!

Una vez de vuelta en el pueblo, celebraremos el fantástico día cenando un rico pescado a la brasa bien acompañado de patatas y pasta en abundancia para recuperar el desgaste sufrido. 
Realmente ha sido un día muy bien aprovechado y entre la fauna observada podemos destacar corzos, monos aulladores, agutíes, tortugas, lagartos, cangrejos de vivos colores y un montón de coloridas aves.
A la mañana siguiente nos levantamos temprano para visitar las cercanas playas de Panamá, Hermosa y Ocotal desde donde volvimos a nuestras cabinas para recoger el equipaje y comenzar un largo recorrido hacia el sur parando en las playas que más nos gusten antes de llegar a nuestro próximo destino:
 Ostional.

Playa Panamá
Playa Coco


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