15 noviembre 2013

PARQUES NATURALES DE MONGOLIA (III).Reserva Natural de Gun Galuut.


Nos despedimos del parquet Terelj y tomamos rumbo al parque de Gun Galuut pero no sin antes hacer la obligada parada en la gigantesca estatua de Genghis Khan.
La que se dice es la estatua ecuestre más grande del mundo, se encuentra a unos 55 kms de la capital y se deja ver a varios kilómetros de distancia gracias a los 40 metros de altura de la que goza su estructura de acero que refleja la luz del sol en todas direcciones. Dice la leyenda que fue en este lugar donde Genghis Khan encontró el látigo dorado,símbolo de la buena suerte en la cultura mongol. Un ascensor asciende desde una de las patas traseras del caballo y tras atravesar toda la estructura por el interior, se accede a un mirador situado en las crines del animal.

 













Abajo, pudimos observar con cierta tristeza dos preciosas águilas reales y un buitre negro en cautividad que algunos locales utilizan para ganarse unas monedas con las fotografías que se hacen los visitantes, con los animales posados en sus brazos.



 














Montamos de nuevo en los vehículos para seguir por una carretera asfaltada que se dirige hacia el sudeste donde se encuentra localizada la Reserva Natural, Gun Galuut. A falta de 17 kms deberemos tomar una pista a la derecha; un trozo de madera pintado a mano indica el desvío. Entramos ya en la recóndita y paradisíaca Reserva Natural de Gun Galuut donde montañas, ríos, lagos y estepa conviven en total armonía. Todo un regalo natural para nuestros ojos.
Esta reserva fundada en 2003 por el gobierno mongol en colaboración con organismos privados, está surcada por el río más largo de Mongolia, el  Kherlen y salpicada por varios lagos donde migran numerosas aves durante el verano. El argalí (Ovis ammon), una rara cabra salvaje que habita en la reserva es otro de los atractivos de este enclave.





Actividades como el senderismo, kayak, bicicleta, paseos a caballo, pesca o avistamiento de aves y fauna en general son algunas de las muchas posibilidades que ofrecen los bellos y salvajes parajes de este precioso rincón del mundo.
Apenas llevábamos un par de kilómetros campo a través cuando nuestros conductores pararon junto a unas yurtas de pastores para preguntar si íbamos en la dirección correcta pero sólo los perros salieron a recibirnos; no había nadie. Fue unos kilómetros más adelante cuando conseguimos que en otras yurtas, una familia nómada levantara su brazo indicando una dirección indefinida hacia el horizonte para marcarnos la ubicación del parque. 
Por allí.





Nos hallamos de nuevo inmersos en un mar verde infinito que se pierde en el horizonte. Sólo el numeroso ganado disperso por la estepa y unos pequeños lagos que atravesamos, rompen la monotonía de las verdes praderas.
Desde lo alto de una pequeña loma, divisamos desde nuestros vehículos, un precioso campamento ubicado en un  entorno paradisíaco. 





Todo el grupo lo celebró al unísono cuando nuestros coches se dirigieron directamente hacia él.
Las yurtas no disponen de luz pero por primera vez dispondremos de duchas y si avisamos con el tiempo necesario, incluso de agua caliente!! Además, los servicios están sumamente limpios, inoloros y lo más importante, disponen de inodoros!!! Vaya lujazo. 
Por si todo esto fuera poco, hoy nos sentaremos alrededor de una elegante mesa del restaurante del campamento donde saborearemos una rica comida a base de ensalada, sopa y carne de cordero.
Previamente hemos avisado para tener agua caliente a las cinco de la tarde y tras la anhelada ducha que disfrutamos chapoteando como niños, cada uno decide dar una vuelta por los alrededores como considera más oportuno; unos paseando a pie, otros en bici  y otros dirigiéndose a los cercanos lagos para avistar las aves que los visitan en estas fechas. 
Mientras explorábamos las orillas del lago, se acercó una familia de pastores para esquilar sus cabras y ovejas.  
Mientras los hombres atrapan y atan al ganado, las mujeres se dedican a esquilarlo.
La escena, iluminada por las últimas luces del atardecer, convierten esta rutinaria tarea en un momento mágico que inunda el lugar de paz y armonía.




Con las últimas luces del día, volvemos al campamento para cenar.
Mañana hemos reservado las 4 bicicletas con las que cuenta el campamento para disfrutar de ellas durante toda la jornada.



Cuando nos levantamos al día siguiente observamos que está bastante nublado pero pese a ello, a las 4,30 y aún de noche, tres integrantes del grupo salimos en bicicleta en busca de la fauna del lugar. No tardamos en percatarnos del pésimo estado en el que se encuentran las bicicletas ya que una no frena, la otra no cambia y a la otra se le baja el sillín. Una auténtica lástima que desluce un poco el paseo. 
A pesar de todo, recorremos alrededor de 20 kilómetros en los que podemos ver alguna águila real, una grulla damisela y numerosos grupos de marmotas. Nuestro recorrido discurre paralelo al río Kherlen y encajonados por las colinas que delimitan el valle. A nuestro paso, el trote de las manadas de caballos que huyen de nuestra presencia, retumba en la estepa como si de un trueno se tratara mientras una grata sensación de libertad se apodera de nosotros a la vez que el tiempo parece detenerse. Pero no, desgraciadamente el reloj no se detiene y el esfuerzo realizado a lomos de las bicicletas nos recuerda que aún no hemos desayunado por lo que decidimos dar la vuelta a pesar de que no hemos localizado ninguna cabra salvaje.



La velocidad de nuestro pedaleo se incrementa durante el camino de vuelta ya que el cielo se pone muy negro y las primeras gotas de lluvia no tardan en comenzar a caer. Los grupos de marmotas también corren hacia sus madrigueras para guarecerse.
No son todavía las 9 cuando llegamos al campamento donde el resto del grupo nos espera para desayunar. 
El día se ha puesto feo y llueve con ganas por lo que no será hasta después de comer cuando el grupo se divide de nuevo para pasear a pie,en bici o a caballo por la infinita estepa donde el sol lucha por hacerse un hueco.



Personalmente me he marcado el difícil reto de fotografíar de cerca alguna marmota y a pesar de que en un principio pensé que se iba a convertir en una misión imposible, conseguí ganarme la confianza de un par de ejemplares que me dejaron acercarme bastante.





Tras el paseo, sólo quedaba la duchita de agua caliente, la cena y unas generosas copas de vodka para alegrar la última noche del tour por Mongolia
Los sentimientos de satisfacción por el exitoso viaje realizado y los memorables momentos vividos, contrastaban con la tristeza del final de la aventura. 
Afortunadamente, y a pesar de ser tantas personas conviviendo durante 24 horas al día,considero que hemos superado la prueba con sobresaliente. El buen humor y las risas estuvieron presentes durante todo el viaje y cada uno aportó lo mejor de sí mismo para conseguir que la experiencia fuera inolvidable a pesar de las duras condiciones vividas en más de una ocasión.
Por última vez,echamos un vistazo al fascinate cielo estrellado que nos envolvía, antes de cobijarnos en nuestra "confortable yurta".
Mañana sobre las 9, después del desayuno, salimos hacia Ulan Bator donde pasaremos nuestra última noche en el país.


2 comentarios:

www.thewotme.com (The world thru my eyes) dijo...

Ha cambiado mucho desde que estuve allí en 2007 ... la gigantesca estatua de Gengis Khan estaba aún en construcción, ha quedado estupenda, es un gran símbolo :)

Un saludo.

aitor dijo...

Gracias por tu comentario!!
Ya nos comentaron que la estatua era bastante reciente y todo un orgullo para el país.
Saludos!!